Por Heidi Maldonado
En #mujeresyliderazgo, y a propósito de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, hablamos con Marlen Estévez, socia del departamento de litigación, mediación y arbitraje en la oficina de Roca Junyent, en Madrid, codirige la Comisión de Innovación y el Latam Desk del despacho y es fundadora y presidenta de Women in a Legal World (WLW).
Se considera inquieta, curiosa y comprometida, a quien le gusta dar lo mejor de sí misma y superarse cada día, tanto en el ámbito profesional como personal. Es muy familiar, amiga de sus amigos y le gusta disfrutar compartiendo momentos de calidad con los suyos. Practica pádel y yoga, el esfuerzo y determinación son sus claves para el éxito, la inspira la gente valiente, la gente que innova y la gente creativa.
Durante nuestra conversación reveló que no fue sino hasta el momento en el que quedó embarazada cuando sintió que tanto mujeres como hombres, en el ámbito laboral, son diferentes y por ende había un techo de cristal que romper, esa fue una de las tantas razones por las que decidió fundar de WLW.
Marlen afirma que para lograr una verdadera paridad y el cambio se materialice se necesita tanto a hombres como a mujeres, mantiene la convicción de que las condiciones para todas las mujeres mejorarán cuando hayan más mujeres en puestos de liderazgo que den voz a sus necesidades, a la vez que cree es de vital importancia el compromiso de todas las instituciones, de los poderes públicos y sociales para conseguir la igualdad real.
¿Qué tanto te costó llegar a la posición en la que hoy te encuentras tomando en cuenta factores tan reales como la escasa presencia de mujeres en puestos de dirección o sociatura en España?
Es muy importante tener claros nuestros objetivos laborales para poder focalizarnos en ellos y trabajar en ese sentido. En mi caso, lo cierto es que hasta que quedé embarazada nunca me había planteado que la situación es diferente para hombres y mujeres en lo que al ámbito laboral respecta y que hay un techo de cristal que romper.
Hasta ese momento nunca había sentido diferencia alguna por el hecho de ser mujer. Mis padres me habían educado para no ponerme limites, para luchar por lo que quería y me habían dado la oportunidad de formarme en las mejores escuelas. Pero cuando llegó el momento de la maternidad mi entorno más cercano me preguntó qué iba a hacer con mi trabajo. Todo apuntaba a que la respuesta correcta era dar un paso atrás y dedicarme a mis hijos.
Quiero aclarar, que no culpo a ninguna de estas personas por su punto de vista. Además, como se pueden imaginar quiero a mis hijos por encima de cualquier cosa, pero lo que quiero poner de manifiesto es que la “pregunta” sigue estando ahí presente y nos condiciona a todos ya sea de forma consciente o inconsciente.
En mi caso, amaba mi carrera y no quería renunciar a ella, pero tenía claro que también quería ser madre y temía fallar a los que tenía a mi alrededor. Sin embargo, una conversación que tuve con un sacerdote con el que había estado de voluntariado en la India y el apoyo incondicional de mi marido, me dieron una seguridad interior que nunca había experimentado antes y decidí intentarlo. Esas personas fueron los embajadores de la igualdad de género que me permitieron ser quien soy hoy. Aunque no lo sepan, son los feministas que están cambiando el mundo hoy en día. Y necesitamos más personas como ellos.
Fue en ese momento cuando descubrí que hombres y mujeres no éramos iguales ya que solo se nos hacía a nosotras esa pregunta y que lo que la sociedad esperaba de nosotros no era lo mismo. Fue en ese momento cuando entendí que esto no podía seguir pasando y que gran parte del problema era cultural y que en gran medida dependía también de nosotras.
He querido compartir esta vivencia mía porque esto es un ejemplo muy común de lo que le sucede en el día a día a muchas mujeres tan afortunadas como yo, pero también a muchas otras que parten de condiciones menos ventajosas. El problema está ahí y es el mismo, aunque no partamos todas de la misma situación de origen. Por ello, si para nosotras es difícil, para ellas mucho más.
Esa es una de las razones por las que decidimos fundar Women in a Legal World (WLW).
Me gustaría aclarar que no creo que haya una sola respuesta correcta a esta pregunta. Todas las opciones son válidas y dignas de admiración, pero lo que tenemos que hacer por ética, por moral y por equilibrio social es trabajar para que esa pregunta no se repita o por lo menos que no se repita en una única dirección porque entonces corremos el riesgo de seguir perdiendo no solo un grandísimo talento, tal y como vienen a poner de manifiesto los datos sobre el número de mujeres en puestos directivos, sino el derecho de ser iguales.
No podemos olvidar que al día de hoy existe un problema real basado en datos objetivos: ningún país del mundo ha conseguido la igualdad de género. Las mujeres no están alcanzando la cima de sus profesiones en ningún lugar y ello incluye a España. Esto es una realidad innegable también en nuestro sector, las mujeres juristas no están asumiendo posiciones de liderazgo en proporción a su número.
¿Qué prácticas y políticas han puesto en marcha dentro del despacho para favorecer el crecimiento y retener el talento femenino?
Roca Junyent está firmemente comprometida con la igualdad y la diversidad. En este sentido, la firma presentó en 2020 la solución IQUALEX para hacer frente a la desigualdad en el ámbito laboral mediante un software de data science que permite visualizar los sesgos y modelos de comportamiento, al mismo tiempo que ayuda al departamento de RR.HH. ofreciendo un modelo de operación adaptado para alcanzar la equidad automatizada. Cabe señalar que esta iniciativa hizo ganadora a la firma en el Global Legal Hackathon Madrid 2020.
Asimismo, Roca Junyent ha sido uno de los pocos despachos en ser elegidos Great Place to Work que habla de las mejores empresas para trabajar en ellas. Es el equivalente, o podría decirse que lo es, a las estrellas Michelín en el mundo de la gastronomía y al Pritzker en el mundo de la arquitectura. De igual forma, Roca Junyent ha sido pionero en participar en la encuesta realizada por Fundación Codespa sobre crecimiento inclusivo con el objetivo de facilitar a los empresarios y a las corporaciones la definición de su contribución social.
¿Cómo está el porcentaje de paridad dentro de la firma?
Mi equipo está formado por exactamente el mismo número de hombres que de mujeres. Y en cuanto a Roca Junyent como firma, cuenta en sus filas con un 47 % de abogadas y un 21 % de socias, siendo 3 las mujeres que formamos parte del consejo de administración de entre sus 8 miembros.
¿En qué momento dejará de ser excepcional ver a una mujer al frente de una firma de abogados?
Si bien en los últimos años hemos avanzado en lo que al ascenso de la mujer a puestos directivos se refiere, debemos tener en cuenta que todavía queda mucho camino por recorrer pues los datos hablan por sí solos y a la fecha actual, en España las mujeres ocupan tan solo el 18.8 % de los puestos directivos, teniendo en cuenta lo dispuesto en el informe ‘Brecha Salarial y Presencia Directiva de Mujeres 2021’ presentado por Eada Business School e Icsa Grupo. En el ámbito de la abogacía, según un estudio de Cinco Días, solo un 20 % de los socios son mujeres.
Por tanto, dejará de ser excepcional ver a una mujer al frente de una firma de abogados cuando se consiga paridad en dichas cifras. De lo que no cabe duda es que en este camino necesitamos tanto a los hombres como a las mujeres para que el cambio se materialice y tenemos que avanzar todos juntos como sociedad en una misma dirección.
Queremos tener referentes femeninos en todos los ámbitos y especialidades jurídicas, en las mesas de debate, en los medios de comunicación, en los claustros de las escuelas de negocios, en las cátedras y en los consejos… ¿Qué se necesita para que esto se dé? ¿Cómo logramos una sociedad más inclusiva y justa en términos de equidad, igualdad y diversidad de género?
Son muchos los sesgos, las premisas sociales, y las tradiciones culturales, que han de cambiar de manera radical; hemos de generar el cambio, que desde hace siglos viene como una rémora anclando el avance y la superación. Esto es cosa de todos, hombres y mujeres, porque nos afecta a todos, pero solo lo conseguiremos enfocando el cambio de manera colaborativa, lo que conlleva una nueva redefinición de los roles que nos afecta y beneficia a todos. Se trata de que todos podamos compartir legítimos objetivos de realización profesional y legítimos derechos de igualdad sin que ello suponga descuidar nuestras responsabilidades familiares.
De igual forma, las condiciones para todas las mujeres mejorarán cuando haya más mujeres en puestos de liderazgo que den voz a sus necesidades. Adicionalmente, es de vital importancia el compromiso de todas las instituciones, de los poderes públicos y sociales para conseguir la igualdad real.
Nuestro sistema de justicia es hoy seguramente más rico por la diversidad de antecedentes y experiencia de sus miembros. Fue más pobre cuando casi todos sus participantes fueron cortados del mismo molde.
No me cabe duda que a medida que las mujeres alcancen el poder, las barreras caerán. A medida que la sociedad vea lo que las mujeres pueden hacer, a medida que las mujeres vean lo que las mujeres pueden hacer, habrá más mujeres liderando proyectos y todos habremos avanzado como sociedad.
¿Cuál es el papel de los líderes para impulsar el talento femenino?
Creo en el liderazgo participativo y orientado a las personas. Siempre he tenido claro que los éxitos y los fracasos no son de una persona, sino de un equipo. Es más, en las situaciones de complejidad extrema como la que estamos viviendo lo que sale a relucir es lo que verdaderamente hay detrás de un equipo. Tanto lo positivo, como lo negativo que hay que superar. Por eso, es ahora más que nunca cuando tenemos que ser capaces de trasmitir entusiasmo, confianza y mover a nuestras organizaciones en una misma dirección. Creo también que un buen líder tiene que estar orientado a los resultados y tener la capacidad de conseguir que las cosas pasen. Uno de los lemas de la Junta Directiva de WLW es tratar de evitar la “parálisis por análisis”. Y por supuesto considero que un buen líder ha de ser humilde, aunque muchas veces cueste aceptarlo, nadie tiene respuestas para todo por eso hay que tratar de rodearse siempre de los mejores y aprender de ellos.
En pocas palabras…
¿Quién (para bien o para mal) ha sido la persona que más ha influido en tu carrera? Por qué?
A lo largo de mi carrera he tenido la suerte de encontrarme con auténticos profesionales del sector que me han servido como fuente de inspiración y me han impulsado, motivándome a querer mejorar y crecer tanto personal como profesionalmente. Estas personas han sido tanto compañeros de despacho, como también personas a las que he reportado o he tenido a mi cargo.
No obstante, sin lugar a dudas, ha sido mi padre, quien también trabaja en el sector legal, mi auténtica fuente de inspiración desde el principio y a lo largo de estos años. De él he aprendido entre otras cosas, que ganar un premio o conseguir un ascenso es importante, pero que el verdadero éxito viene de mirar hacia atrás y ver a las personas que creyeron en ti, que te ayudaron y que en algún caso incluso pusieron su reputación en juego por ti.
Al final en la vida lo importante es la calidad de las relaciones que desarrollamos a todos los niveles, el cómo superar los obstáculos que van surgiendo por el camino conjuntamente y los sentimientos que se generan cuando compartimos una victoria con nuestro equipo. Claramente, el éxito no sirve de nada si no puedes vivirlo “en familia”.
¿Un deporte?
Cuando era pequeña, iba a hípica y tenis. Después, practiqué y competí haciendo esgrima durante algunos años. Ahora, para mantener un sano equilibrio entre mi vida profesional y personal, practico semanalmente pádel y yoga y me encanta salir a correr mientras los niños hacen deporte.
¿Una canción?
No me resisto a poner solo una: Summer of ’69, de Bryan Adams, y Photograph, de Ed Sheeran.
¿Se te da la cocina, cuál es tu platillo estrella?
Mi marido diría que ninguno. La verdad es que soy mejor pinche y catadora que cocinera
?. Sin embargo, si tengo que cocinar me iría a los dulces.
¿Un recuerdo de la infancia?
Mis fines de semana en casa de mis abuelos en el norte de Madrid.
¿Una clave para el éxito?
Esfuerzo y determinación. Angela Lee Duckworth, en una charla TED dijo que “la determinación es pasión y perseverancia para alcanzar metas muy a largo plazo. La determinación es tener resistencia. La determinación es aferrarse al futuro, día tras día, no solo por una semana, no solo por un mes, sino durante años y trabajando realmente duro para hacer de ese futuro una realidad. La determinación es vivir la vida como si fuera una maratón, no una carrera a toda velocidad”.
¿Qué te inspira?
La gente valiente, la gente que innova, la gente creativa. Aquellos lo suficientemente locos como para creer que pueden cambiar el mundo son los que lo hacen.
¿Qué lección te ha enseñado la pandemia?
Que hay que disfrutar el presente y vivir más despacio. Creemos que nuestras vidas giran alrededor de grandes momentos, pero los grandes momentos suelen ser en realidad maravillosos pequeños momentos a los que no prestamos suficiente atención.
También me ha enseñado que lo que se puede hacer o soñar, hay que ponerse a hacerlo, porque como decía Goethe, “la osadía está llena de genialidad, poder y magia”. Por eso, hay que soñar a lo grande, para conseguir grandes cosas. En la vida todo parece imposible hasta que se consigue.