#lomásleído Transformación de la práctica jurídica: ¿Cómo está el mercado del legaltech en Iberoamérica?

Analizamos junto con cinco especialistas del sector legal las ventajas que tendrá aquel abogado que respire tecnología y adapte la tecnología en sus procesos operativos
21 de marzo de 2022 |
Por Heidi Maldonado

El sector legal en los últimos años ha experimentado una acelerada transformación digital, la tecnología desarrollada para el mundo jurídico (legaltech) ha venido tomando fuerza y se enfrenta día a día a una transformación que trae consigo grandes retos y desafíos para todos sus actores.

No es nuevo hablar de que el mercado legal es competitivo y que el abogado, en esta época actual, debe ser muy proactivo y debe reinventarse, el discurso está en que ya no es suficiente con ser “jurídicamente muy bueno”, sino que se debe ser integral, pues es el propio mercado el que comienza a exigir nuevas formas de trabajar.

Para ahondar hacia dónde vamos en cuanto a tendencias en el ecosistema del legaltech en este 2022, cómo se está compitiendo en el mercado legal, qué ventajas tendrá aquel profesional del derecho que respire tecnología e incorpore el uso de nuevas herramientas en su día a día y si el sector legal está preparado para trabajar de forma más colaborativa con otros profesionales, reunimos a cinco reconocidos especialistas en Iberoamérica, quienes a lo largo de estos últimos años se han dedicado a entender y aplicar, desde sus áreas de especialización, las legaltech .

Ellos con Fabián Urriago Guzmán, director de Gestión del Conocimiento de la firma Gómez-Pinzón Abogados; Cecilia Danesi, profesora en inteligencia artificial y derecho en la Universidad de Buenos Aires, Argentina; Jesús Vicente Menoyo, senior associate legaltech en Ecija; Mariano Werner, CEO de Lemontech; y Miguel Montero, fundador de Atomian.

La forma de realizar el trabajo legal está enfrentando un gran reto de transformación. ¿Dónde estamos y hacia dónde vamos en cuanto a tendencias tecnológicas en legaltech en este 2022?

Fabián Urriago Guzmán señaló que está claro que “la tecnología desarrollada para el sector legal viene tomando gran fuerza desde hace varios años. En varios reportes, en especial los publicados por la compañía “Statista”, se habla de que las compañías de legaltech generaron para el 2021 más de 18.000 millones de dólares en ingresos a nivel mundial y se estima que en el año 2022 se logren ingresos por más de 20.000 millones de dólares. La tendencia muestra que el sector tendrá un permanente crecimiento, llegando al año 2025 a generar más de 25.000 millones de dólares”.

Para el abogado de Gómez Pinzón, “los datos anteriores nos permiten concluir que el sector legal efectivamente es muy atractivo, se enfrenta a una transformación sin vuelta atrás y que las firmas de abogados que estén preparadas para cambiar rápidamente son las que serán sostenibles y permanecerán en el tiempo. En mi experiencia, para el año 2022 tendrá mayor relevancia todo lo relacionado con la eficiencia interna en la prestación de los servicios jurídicos a través de herramientas tecnológicas, que al final generarán satisfacción de clientes, alta calidad de los productos jurídicos y una muy buena rentabilidad”.

Precisó que lo anterior se logra si se trabaja implementando tecnología en los procesos operativos que le demandan más tiempo a los abogados en su día a día, por ejemplo:

La automatización de documentos es uno de ellos, hoy los abogados invierten gran parte de su tiempo formateando documentos manualmente y con un gran porcentaje de riesgo de error. Estas plataformas mitigan errores y agilizan las revisiones por parte de seniors y socios.

La gestión y administración de grandes operaciones en línea es el camino para reducir el tiempo de compilación y organización de información. Además, permite tener una plataforma de colaboración con las partes, en el que se trabaja de forma centralizada y se tiene visibilidad de cada responsable.

La incorporación de plataformas de firmas electrónicas reduce sustancialmente el trabajo manual de impresión de documentos físicos, de firmas manuscritas y de traslados para hacer cierres de operaciones. Hoy se puede firmar documentos con varias personas en diferentes partes del mundo, desde un dispositivo móvil y en tiempo real.

Por otro lado, la inteligencia artificial tiene ya una madurez importante en la que puede contribuir sustancialmente a los abogados en el análisis masivo de información. Hoy los servicios de due diligence y las sesiones de discovery en procesos litigiosos y arbitrajes se pueden hacer en mucho menos tiempo que el que se empleaba en el pasado y con menos personas.

Mariano Werner, a su vez, precisó que “las legaltech están tomando cada vez más forma e importancia en la vida cotidiana de los abogados. Esto es un hecho. Quizás no de la misma forma en todos los países, porque unos están más avanzados en materia y dominio tecnológico, pero lo que sí es cierto es que los abogados son cada vez más conscientes de que estas tecnologías son grandes aliadas para mejorar su gestión y su relación con los clientes”.

Continúo explicando que en “2017 se invirtieron 233 millones de dólares en legaltech. En 2018, la inversión superó los 1.663 millones (Forbes). Por otro lado, el valor del mercado de la inteligencia artificial en legaltech fue de 3.245 millones para el 2018, mientras que para el 2026 el valor pudiese alcanzar los 37.858 millones (Zion Market Research). Sin duda, el legaltech se está convirtiendo en una piedra angular para la industria legal”.

Por su parte, Jesús Vicente Menoyo partió del punto en el que estamos en un momento muy interesante donde los primeros cambios están llegando para mejorar la forma de hacer las cosas dentro del sector legal, “muchos despachos y asesorías jurídicas están cambiando su día a día orientándose a proyectos y procesos y esto es un hito importantísimo para nuestra industria”.

“Estoy convencido que los próximos años serán un gran reto para los profesionales del sector, para las firmas y consultoras en aras a profundizar sobre el desarrollo de soluciones tecnológicas que mejoren la eficiencia dentro de la función legal”.

Miguel Montero dijo que están encontrando un sector muy receptivo a la transformación digital y también muy riguroso en sus exigencias. “Vemos también que la administración ha apostado con fuerza por la introducción de procesos digitales. En cuanto a penetración, puedo hablar en concreto de las soluciones de inteligencia artificial y ahí veo un ritmo desigual. Podría parecer que de momento solo los grandes actores tienen presupuesto para abordar proyectos de IA, pero me gusta creer que nosotros nacimos para ir contra ese mantra, hoy tanto pequeños despachos como grandes firmas utilizan Atomian por igual”.

Mariano manifestó que “desde Lemontech podemos confirmar que, en los últimos años, el uso de la tecnología ha ido siempre en alza y probablemente esta sea la tendencia para años venideros. Especialmente, con la implementación de la inteligencia artificial, que garantiza procesos automatizados y menos engorrosos, o las blockchain, con sus smart contracts.

También esperamos la consolidación de avances en big data, ciberseguridad, machine learning, contract management, firmas electrónicas, el universo Meta, entre otros.

De cualquier manera, más allá de todo esto, lo verdaderamente emocionante es que estamos al principio de todo. Hay muchísimas oportunidades de generar valor a través de la tecnología en el derecho, muchísimo trabajo monótono y manual que puede ser reemplazado. El futuro realmente se ve diferente al presente”.

Para Cecilia Danesi la pandemia fue un acelerador para lo que fue el legaltech y la tecnología en todos los ámbitos, incluyendo el legal, “pensemos que los tribunales que en muchos casos estaban rehaceos a incorporar tecnología y digitalización, lo tuvieron que hacer; es decir, la pandemia fue un acelerador enorme que creo no hubiéramos conseguido en una década. Hacia dónde vamos yo creo que el desafío está en la consolidación de toda esa digitalización que incorporamos durante la pandemia y cuando hablo de consolidación me refiero a que en la pandemia se hicieron muchas cosas improvisadas, más que nada en aquellos sectores legales donde no habían incorporado tecnología, así que esta consolidación tiene que ir de la mano de esa tecnología que sea eficiente para el proceso y no una digitalización de una burocracia.

De lo que se trata es de hacer los procesos más eficientes a través de la tecnología, esto va de la mano de un diálogo conjunto entre los tribunales, los organismos del estado y los estudios jurídicos”.

¿Cómo se compite en el mercado legal en este 2022?

Fabián Urriago Guzmán señaló que hay muchas formas de competir en el mercado legal y “la experiencia nos ha enseñado que la única que no es viable, es la de competir con el precio de los servicios jurídicos, este es un gran error que comenten algunas firmas de abogados, pensando que es el camino viable para crecer y fidelizar a sus clientes.

Donde creo que se puede generar mayor impacto y competir sanamente es concentrando esfuerzos en el buen servicio al cliente. Hoy por hoy, los clientes se quedan con las firmas de abogados que le dan “plus” a sus servicios jurídicos. Con lo anterior, me refiero a esos abogados que hablan el mismo idioma que su cliente, que son cercanos y flexibles (ya no usan trajes y corbatas), responden un email, una llamada, un mensaje por whatsapp rápidamente, que conocen a su cliente y su sector por completo y que aplican el conocimiento jurídico de una forma dinámica y que tienen gran experiencia para lo que fueron contratados.

Por otra parte, con lo que siempre se debe competir, es con productos jurídicos de muy alta calidad y asertividad para los clientes y creo que esto es claro para todos.

Finalmente, logrando engranar de una forma coherente los servicios jurídicos, los procesos, la tecnología y las personas, así se ofrecerán servicios más acertados y convirtiéndonos en esos aliados estratégicos que el cliente necesita”.

Mariano Werner continúo señalando que se debe “estar al día con un mundo tan cambiante como el de hoy, te ayudará a enfrentar el mercado con más y mejores herramientas. Por ejemplo, con la implementación de las tecnologías en el sector legal, ratificamos que, con su dominio, los abogados y firmas en general pueden gestionar de manera práctica y expedita sus actividades, lo que provoca una mayor productividad y rentabilidad.

Accionar frente al mercado/competencia: Estar al día te garantiza estar a la vanguardia. Sin embargo, también valorar lo que está haciendo tu competencia es un hecho más que importante. Revisar cómo están gestionando ciertos juicios, qué plataformas están utilizando, qué alianzas estratégicas se están formando… Con esto claro, tendrás siempre la oportunidad de mejorar y estar un paso adelante en el futuro.

En el competitivo mercado legal los abogados no pueden dar ventajas en gestión, atención al cliente y herramientas específicas que les potencien su servicio jurídico. No prepararse, no incorporar nuevas herramientas con ventajas concretas es simplemente una locura. Hoy el abogado debe ser muy proactivo en reinventarse.

Control y ahorro de tiempo: En los procesos de gestión, gracias a que los abogados registran mejor sus tiempos, las firmas han aumentado la facturación y prestan mejor servicio a sus clientes. Por otra parte, las firmas y gerencias legales que manejan un gran volumen de procesos judiciales pueden llevar el control de estos de manera más eficiente y automatizada”.

Miguel Montero, entretanto, cree que “hay que abordar los procesos de transformación digital desde abajo. Por lo tanto, si tengo que mencionar tres formas te diré automatización, automatización y automatización. Y en concreto, automatización en los procesos documentales como la lectura de documentos”.

Jesús Vicente Menoyo precisó que “como profesionales del sector debemos asumir que nuestra industria lleva unos años de retraso respecto a otras, como por ejemplo el retail, pero al mismo tiempo debemos ir comprendiendo que es el propio mercado el que comienza a exigir nuevas formas de trabajar y, por lo tanto, nuevos modelos de servicios. Sin duda alguna, el modelo de horas facturables no es vanguardista para los clientes, quienes cada vez más demandan servicios más próximos a la comoditización.

No soy experto en marketing, pero creo que si dirigiese mi despacho o boutique mi estrategia se basaría en conocer las tendencias del mercado, especializarme en una rama concreta y ver qué estrategia de posicionamiento en el mercado puede resultar más beneficiosa para los intereses de mi empresa”.

Cecilia Danesi cree que los ejes centrales que marcan la diferencia entre los distintos ámbitos de prestación de servicios jurídicos son, por un lado, “la digitalización y el uso de la tecnología porque de alguna manera no solo mejora la calidad en la prestación de servicios que damos a nuestros clientes, sino que también mejora la calidad del trabajo que realizan cada uno de los agentes jurídicos en sus estudios, si las personas trabajan mejor en mejores condiciones y con mejores recursos, sin duda van a estar más motivadas.

Otra herramienta que me parece necesaria para mejorar las habilidades es la investigación permanente, la búsqueda de nuevas herramientas, nuevas tecnologías, nuevos procesos, nuevos protocolos, estar un poco a la vanguardia, eso nos marca, la tecnología marcha a pasos agigantados y el derecho no se puede quedar atrás. Tenemos un desafío permanente de estar actualizados y en sintonía con las sociedades modernas cuyo crecimiento tecnológico y de digitalización es exponencial.

Otro punto clave es la diversidad de género junto con la sostenibilidad, hoy los consumidores están informados, saben lo que quieren y conseguir quien esté trabajando bajo estos parámetros sin duda se destacará sobre el resto.

¿Qué políticas hacen falta para potenciar el ecosistema del legaltech en Iberoamérica?

Fabián Urriago Guzmán, “en mi opinión, nos hace falta alinear varios frentes. El primero es la academia (universidad), estamos preparando a los abogados del futuro con el pensum del pasado, lo que lleva consigo es que cuando salen a su vida profesional se están encontrando con una realidad que está cambiando o ya no existe, una forma de aplicar el derecho que el mismo mercado exige se haga de forma diferente. Es importante hacer un alto en el camino y replantear la formación de los abogados, modificando el pensum para incluir cátedras de habilidades blandas, trabajo en equipos multidisciplinarios, adopción tecnológica, trabajo bajo metodología de procesos, legal design, service design, entro otros más temas, sin dejar de lado desde luego la línea jurídica.

Por otra parte, la justicia en LATAM carece de transformación y a este le atribuyo gran parte de la resistencia de los abogados en la adopción de la tecnología para hacer su trabajo. De nada sirve invertir en procesos, personas y tecnología, si cuando hago uso de la justicia en LATAM, me exigen entregar (por ejemplo) la demanda impresa, con firma manuscrita o la licitación y sus anexos en cajas físicas y así muchos ejemplos más. Realmente, LATAM dio un gran paso en medio de la pandemia, que espero que esto se mantenga y no volvamos al pasado, pero aun así nos falta un gran camino por recorrer en la digitalización de la justicia”.

Para Jesús Vicente Menoyo “es una cuestión cultural del sector y que va desde las universidades hasta la idiosincrasia de los despachos. Debemos dejar de concebir la profesión como se ejercía entonces, hoy en día ya no es posible. Fomentar las legaltech mediante incentivos a la innovación puede ser el gran impulso necesario que requiera el ecosistema y, sobre todo, como apuntaba anteriormente, un necesario cambio cultural para adoptar de manera correcta la tecnología en las organizaciones”.

Cecilia Danesi explicó que, para empezar, “hacen falta políticas, no hay un impulso marcado en este sentido, mientras que en España sí hay, tienen una secretaria de digitalización e inteligencia artificial y tienen un montón de iniciativas bien interesantes, pero claro esto tiene que nacer desde los ministerios de justicia y aquí volvemos al diálogo permanente de tecnología, ciencia e innovación con la justicia”.

A juicio de Miguel Montero, “lo más importante es que la administración tiene que estar comprometida con la digitalización. Hay que desarrollar marcos legales sólidos que permitan la implementación de trámites digitales a todos los niveles. De otro modo nos podemos encontrar con que la digitalización de procesos sea una carretera que lleva de ninguna parte a ninguna parte”.

Mariano Werner reflexionó afirmando que en la medida que nos enfoquemos en desarrollos que tienen beneficios concretos, tales como generar ahorros, ingresos o ahorrar tiempo, “el ecosistema legaltech va a seguir avanzando rápido. Esto va a ser así por la pura dinámica competitiva de nuestros mercados. Sin embargo, es indudable que, si los estados y las universidades vieran el valor social inmenso que la adopción de tecnología puede tener en la administración del derecho, podríamos ir más rápido. Un ejemplo concreto es la digitalización de buena calidad de los procesos judiciales. Esto es un paso fundamental para muchos desarrollos de gran valor agregado, tales como la resolución automática de disputas de baja cuantía. Sin embargo, no pareciera haber urgencia en nuestros países en avanzar de forma decidida en este frente”.

¿Qué ventajas tendrá aquel abogado que respire tecnología e incorpore el uso de nuevas herramientas en su día a día y aquel que postergue su uso?

“Los perfiles de abogados que son apetecidos por las firmas de abogados hoy son muy diferentes a lo que estamos acostumbrados. Ahora el abogado debe ser jurídicamente muy bueno, pero este no será el único criterio de selección. Los abogados que estén orientados al rápido aprendizaje, al cambio permanente, al trabajo estructurado como proceso, al trabajo en equipos multidisciplinarios y a la adopción tecnológica, serán los llamados a liderar mejores proyectos jurídicos”, enfatizó Fabián Urriago Guzmán.

Además, agregó que “las ventajas son varias, pero dentro de ellas, será la participación en los mejores proyectos, trabajará de manera más inteligente (más rápido y con menos esfuerzo) delegando lo operativo a las máquinas para dedicarse a lo que realmente sabe, la asesoría jurídica, a conocer sus clientes de forma integral y ser el aliado estratégico acertado que el cliente necesita. Al final lo importante no es solo dominar la tecnología, debe ser un abogado integral”.

Por su parte, Cecilia Danesi aseguró que las ventajas quedaron en evidencia durante la pandemia, contó que “en Argentina hubo una especie de jubilación masiva, de retiros masivos de quienes no querían amigarse con la tecnología, por otro lado, cuando hablemos de tecnología o digitalización no pensemos solo en un software para mejorar la tarea sino en las redes sociales, esa es nuestra vidriera al mundo y nos posiciona de una manera distinta porque eso genera una situación de confianza, de transparencia, de mostrar lo que hacemos, de sentido de pertenencia. Aquellos abogados o abogadas que ya estén transitando en el mundo tecnológico sin duda están en ventaja no solo porque prestarán mejor sus servicios sino también porque van a funcionar de manera más ágil en su trabajo cotidiano”.

Jesús Vicente Menoyo opina que como todos los procesos relacionados con la transformación digital, “la tecnología va a permitir a los despachos y asesorías poner al cliente en el centro de toda la estrategia y ofrecerle soluciones personalizadas para la resolución de trámites y gestiones de forma rápida y sencilla.

La tecnología va a permitir a los despachos y asesorías acelerar sus gestiones, abaratar costes y facilitar el día a día de los abogados y otros actores jurídicos, quienes verán mayores posibilidades de tener el foco en tareas de alto valor añadido para los clientes”.

Miguel Montero precisó que todas las soluciones en el ámbito del legaltech tienen que estar orientadas a dar soporte a la práctica del derecho. “El abogado tiene que ver cómo progresivamente dedica menos tiempo a papeleo y tareas sin valor añadido en general, para concentrarse en aportar valor estratégico a sus clientes”.

Mariano Werner reiteró que hacer buen uso de las tecnologías garantiza un trabajo más eficiente y rentable. Y a la larga, “este va a ser el nuevo estándar, ya que en un mercado cada vez más competitivo como el de los abogados, no se pueden dar ventajas. En el mundo de hoy, donde la información crece a pasos agigantados, hacerse de las legaltech para gestionar tu despacho, la carga de horas, o gestionar los litigios, diría que es una decisión crítica. Si tienes la posibilidad de condensar esta información, tienes la posibilidad de tomar mejores decisiones en base a información real de tu negocio (sus recursos y rentabilidades), y esto te garantiza estar varios pasos adelante de cara a tus competidores”.

¿El mercado legal requiere de profesionales híbridos que vayan más allá del derecho?

Fabián Urriago Guzmán, “indudablemente, siempre se ha dicho que lograr que un abogado piense de forma diferente es algo muy complejo, en especial por su formación. Pero la transformación que viene sufriendo el sector legal nos ha enseñado que todo es posible. Antes, los abogados no concebían la posibilidad de salir a buscar clientes, todo el trabajo llegaba por sí solo, hoy hablamos de marketing jurídico como medio para aprender a crear estrategias para captar mercado. Siempre se pensó en ofrecer servicios jurídicos con equipos conformados por solo abogados, hoy hablamos de servicios jurídicos prestados con equipos multidisciplinarios, se evidenció la necesidad de incorporar diferentes perfiles con el ánimo de prestar servicios más integrales. Lo anterior, conlleva a que los abogados deben potenciar y diversificar sus habilidades para poder ser coequiperos y hacer parte de equipos con diferentes perfiles profesionales”.

Jesús Vicente Menoyo, “por supuesto, la suma de valor de diferentes perfiles dentro de un mismo equipo hace que el resultado final del delivery que espera el cliente sea mucho más alto, por tanto, el futuro se encamina hacia la construcción de equipos multidisciplinares compuestos por juristas, especialistas en metodologías como el LPM, tecnólogos y abogados procesalistas, todo ello siempre acompañado de la experiencia de años de socios y asociados senior que permitan una transmisión del conocimiento que siente las bases para un trabajo de muy alta calidad”.

Cecilia Danesi, “absolutamente, creo que hoy en día estamos en la era de la interdisciplinariedad; es decir, no podemos pensar ninguna carrera, la que fuere, como una carrera aislada de las otras y en esta interdisciplina sin duda entra la tecnología, cada vez los abogados y profesionales jurídicos tienen que estar aceitados, interiorizados en cuestiones de la globalización y la digitalización, esto requiere un compromiso mayor, de un involucramiento permanente, no podemos pensar en profesionales que no tienen formación en blockchain, criptomonedas, redes sociales o inteligencia artificial, que hoy en día son parte del presente y que nos exigen una formación que va más allá de lo estrictamente jurídico”.

Mariano Werner, “por supuesto. Atrás quedó el mundo de los profesionales dedicados a un solo aprendizaje y el manejo de un solo campo de la información. El abogado de hoy debe ser un profesional integral, no solo por su gestión y desarrollo como letrado, sino porque el mismo cliente y las mismas exigencias del negocio lo está demandando. El público en general es cada día más dependiente de la tecnología y es indefectible que debas adecuarte y adecuar tu negocio. El negocio legal hoy ya no se compone únicamente de egresados de derecho, en una firma o una gerencia legal encuentras profesionales de TI, de Ingeniería Industrial, entre otras.

Hoy el trabajo es multidisciplinario. Un profesional híbrido garantiza la satisfacción del cliente y, a su vez, su propio crecimiento dentro de la industria legal. Este nuevo tipo de abogados con nuevas tecnologías, ofrece competencias para agilizar tareas administrativas, gestionar procesos judiciales, asesorar, comunicarse con los clientes y trabajar colaborativamente con sus pares del sector”.

Miguel Montero, “es una tendencia que estamos viendo cada vez más. Los despachos contratan informáticos y de forma natural emergen profesionales con capacidad de entender dos formas de pensar tan diferentes como la de estos y los abogados. Las universidades cada vez potencian más su formación en legaltech y la dotan de más contenido técnico para los abogados, de forma que es razonable pensar que emergerá este perfil híbrido que comentas”.

La disrupción de la industria legal se da en buena parte por el acceso a nuevas herramientas, pero también por la colaboración con otras especialidades y áreas profesionales. ¿Está el sector legal preparado para trabajar de forma más colaborativa con otros profesionales?

Fabián Urriago Guzmán comentó que la experiencia de los últimos años muestra que será imposible prestar un servicio jurídico solamente con abogados. “Se ha evidenciado que perfiles como de Business Intelligence, Legal Project Manager y Knowledge Manager son esenciales. El sector legal indudablemente no está aún preparado para trabajar de forma colaborativa. Creo que es algo que se vendrá adoptando paulatinamente y por la exigencia del mercado, pero nos tomará tiempo.

Finalmente, cuando se habla de temas de legaltech y transformación del sector legal es importante tener claro que no solo se habla de tecnología, se deben involucrar muchos más factores como la cultura, las personas, los procesos, la estrategia colectiva, entre otros, para que este proceso sea exitoso en el tiempo”.

Entretanto, Cecilia Danesi expresó que “es indispensable, no podemos pensar en un profesional legal que esté apartado del mundo, de la globalización, de la digitalización y de la cuarta revolución industrial y esto incluye un dialogo colaborativo, estamos en el momento de la economía colaborativa, no podemos estar afuera de estos parámetros”.

Jesús Vicente Menoyo afirmó que “a los profesionales del derecho, tanto abogados como asesores jurídicos, se nos ha catalogado dentro del negocio como stoppers u obstáculos a la hora de, por ejemplo, celebrar un contrato con la contraparte, pero soy positivo en cuanto a esta pregunta. Cada vez más son las asesorías jurídicas internas de empresas y los propios despachos los que entienden que deben ser aliados del propio negocio y ello favorece que se alineen los intereses con otros profesionales.

Aún seguimos asumiendo un legado muy tradicional donde el ejercicio de la profesión se realizaba a través de tareas, pero hoy día, gracias a nuevas metodologías ágiles y a la tecnología, la voluntad de los profesionales del derecho para trabajar de forma colaborativa con otros profesionales empieza a ser una realidad y ello, en mi opinión, va a traer consigo una mayor creatividad y amplitud de conocimientos para los abogados o juristas”.

Miguel Montero no tiene ninguna duda sobre eso. “De hecho, el abogado en el desarrollo de su profesión siempre acaba atendiendo casos de lo más dispar y en cada caso tiene que adquirir un profundo conocimiento de la materia para poder defender los intereses de sus clientes. Ahora trabajan cada vez más con proveedores tecnológicos y muestran la misma capacidad de comprensión, sin olvidar que son profesionales con un altísimo grado de exigencia y muy mala tolerancia al error”.

Para Mariano Werner “aún faltan algunos pasos por dar, pero me parece que sí. Las grandes firmas están adecuándose cada vez más, con equipos multidisciplinarios que ayuden a su crecimiento o sus objetivos de especialización. Es más común ahora ver despachos donde el CEO o jefe de operaciones no es un abogado o que, para manejar sus comunicaciones, ya cuenta con periodistas en sus filas, antes era impensable hacer marketing en la industria legal, hoy cualquier despacho ya cuenta con, al menos, redes sociales para comunicar sus logros. Es cuestión de tiempo para que esto cobre más fuerza en la industria legal, ya que está comprobado que la sinergia con otras fuerzas de trabajo siempre da buenos resultados”.