Por Juan Sebastián Alonso, asociado de Innovación y Emprendimiento de Barros & Errázuriz
Hay pocas dudas que nuestro ecosistema de emprendimiento se encuentra en su mejor momento. Además de los extraordinarios unicornios chilenos, otras startups made in Chile han cerrado rondas de financiamiento con el apoyo de actores internacionales que hace un tiempo eran solo una expectativa ¿Falta? Sí, falta mucho. Una industria en constante crecimiento no solo amplía sus fronteras en términos geográficos, de talento y financiamiento, sino que también demanda regulación y asesores que estén a la altura de personas y negocios que requieren moverse rápido y a paso seguro.
De entre los desafíos legales de la industria del Venture Capital en Chile no podemos dejar de mencionar cuestiones que ya se vienen discutiendo desde hace un buen tiempo, tales como la necesidad de potenciar las fuentes de financiamiento local a través de la entrada de inversionistas institucionales a fondos de inversión privados, o la necesidad de flexibilizar las limitaciones de las líneas de financiamiento apoyadas por Corfo. Junto con lo anterior, creemos importante sumar a esta lista el conservar las exenciones tributarias a los fondos de inversión privados y otorgar mayor certeza a los mismos al momento de comunicar al mercado sus inversiones, todo esto con el objeto de proteger el avance explosivo de las miles de startups locales y extranjeras que han apostado por Chile para iniciar sus negocios y difundir sus beneficios para la sociedad.
Además de los desafíos legales estructurales que ya mencionamos, no podemos obviar que el crecimiento vertiginoso del comercio electrónico, la industria fintech y la inteligencia artificial, trae consigo la necesidad de adecuar nuestra regulación legal de forma que se haga cargo de estos fenómenos y permita a la fuerza innovadora del talento local mantener el ritmo y no perder competitividad. No podemos seguir perdiendo tiempo valioso para el desarrollo de Chile a la espera de un proyecto que ponga al día la regulación de la protección y tratamiento de datos personales, como tampoco podemos desatender las discusiones de proyectos tan importantes para la industria del Venture Capital como los son el de plataformas digitales y fintech.
Como asesores de emprendedores y negocios disruptivos no basta con apoyar a estos en materializar rondas de financiamiento exitosas (dentro o fuera de Chile a través de la creación de vehículos en el extranjero y la celebración de exchange agreements), si no que debemos también asegurarnos de impulsar los cambios que permitan a la industria del Venture Capital seguir creciendo y desarrollándose en beneficio del país, manteniéndonos al día en las discusiones de nuevos proyectos de ley que pueden resultar siendo críticos para las empresas que subyacen a la misma. Todo lo anterior, sin dejar de acompañar a nuestros clientes en cuestiones más allá de lo meramente legal, aportando consejos con sentido de negocios, que ponderen todos los riesgos, y con los niveles de eficiencia en los costos que son esenciales en todo nuevo proyecto.
En tiempos donde peligran los fundamentos del milagro económico chileno, que han contribuido a sentar las bases que han hecho posible potenciar la innovación y el emprendimiento, es fundamental no añadir factores que resten competitividad a la industria del Venture Capital y asegurar que este valioso motor de la creatividad local pueda seguir generando buenos empleos y posibilidades de desarrollo.