¿Y si las mujeres privadas de libertad pudieran sustituir sus condenas por experiencias culturales? Partiendo de esta premisa, Fundación Gabeiras y teta & teta presentan ‘La voz que nadie escucha’, un proyecto de mediación cultural y transformación jurídica centrado en las reclusas, un colectivo invisible para la sociedad.
Con un experimento piloto de dos años, la iniciativa persigue, en primer lugar, analizar la situación de las reclusas en España: qué delitos cometen, cómo podría abordarse su reinserción, etc. El objetivo último es la puesta en marcha de un programa marco, en colaboración con Instituciones Penitenciarias, para la realización de estas actividades específicamente culturales y feministas. El resto de colaboradores son la Comunidad de Madrid, la Fundación Carasso, el Ministerio de Cultura, la ORCAM y Pedagogías Invisibles, en la mediación con las reclusas. Además, un grupo jurídico de expertas, entre las que se encuentran magistradas, profesoras y juezas, trabajan en la elaboración de un informe completo sobre cómo llevarlo a cabo dándole importancia al papel que juega la cultura.
El objetivo del informe es promover el acceso a la cultura para las mujeres condenadas o con medidas cautelares -mujeres en prisión preventiva y condenadas a pena privativa de libertad, bien cumpliendo en prisión o bien en situación de semilibertad o de suspensión de la ejecución- con la finalidad de que esta impacte en sus vidas y en sus trayectorias penitenciarias. Con esto se aumentaría la oferta de actividad cultural en las prisiones y módulos de mujeres, en clara desigualdad con los hombres, y se establecerían las herramientas para que esa participación reduzca sus condenas o mejore sus condiciones, reconociéndolo así, como una actividad útil para la reinserción.
Las redactoras del informe mencionado son las expertas Cristina Rodríguez Yagüe, profesora Titular De Universidad de Castilla-La Mancha, y Esther Pascual Rodríguez, profesora de la Universidad Francisco Vitoria.
¿Por qué las mujeres? Según datos oficiales, la mayoría de las mujeres que delinquen no deberían entrar en prisión; o al menos, no tanto tiempo. Según la Asociación de Colaboradores con las mujeres Presas (Acope), el 70,72 % de ellas cumple condena por hurto y el 13,81 % por tráfico de drogas, siendo un porcentaje muy pequeño las que han cometido delitos peligrosos para la sociedad. El 88,41 % ha sufrido violencia machista y existe una relación directa entre esto, las secuelas psicológicas y la historia delictiva. Además, el 80 % son madres y su ingreso en prisión provoca desestructuraciones familiares que repercuten directamente en el resto de miembros.
En base a todo esto, La voz que nadie escucha (LVQNE) defiende el poder de la cultura, en todas sus formas, para ayudarlas a salir del bucle de la delincuencia y el castigo, ya que la mayoría de las mujeres que entran a prisión vienen de otras cárceles: la pobreza, el maltrato, la droga, la calle, la violencia, el engaño o la incultura.
Web del proyecto La voz que nadie escucha: https://lavozquenadieescucha.org/